jueves, 30 de abril de 2015

CLARIFICANDO POSTURAS


Hola a todos, hoy me gustaría abrir un debate sobre la idoneidad de ciertas leyes y ciertas conductas que estamos adoptando con mucha alegría, pero no sé si con mucho acierto. A continuación enumerare en un pequeño resumen, los asuntos que me preocupan sinceramente.

El primero: la ley que se aprobó buscando una tolerancia cero con la violencia verbal en los estadios de futbol y me imagino que pronto en cualquier lugar público.

El segundo: La prohibición de darle un cachete a tu propio hijo, si estimas que se lo merece. Tampoco se vale hacerlo en la intimidad del hogar familiar, pues si el menor tiene edad para saber lo que es y cómo hacerlo, te puede denunciar a la autoridad competente y se te cae el pelo.

El tercero: llevar el tema de no fumar en público, a la esfera de lo privado, empujando al fumador a no hacerlo en presencia de un menor en su propio vehículo. Y me imagino que en la práctica queda casi prohibido fumar dentro de su propio coche, por razones de seguridad.

El cuarto: el buylling escolar, el moving laboral…Cosas que han ocurrido toda la vida, pero siempre se le habían dado unos nombres mucho más castizos, como me putean en el trabajo u en el cole. En todo caso siempre fueron problemas que debía uno arreglar de forma individual o como mucho con la participación de los afectados en el lugar, pero jamás trascendían a lo público y mucho menos se convertían en asunto que trascendiera al telediario de las 15h de la TV.

Supongo que podría seguir enumerando un sinfín de leyes y de prohibiciones que se adentran dentro del ámbito privado de las personas, hasta el punto de que creo, que prácticamente todo el comportamiento humano, queda recogido y abarcado dentro del código penal y civil de cualquier país occidental al menos.

Sin embargo, observo con estupor y preocupación como las redes sociales crecen de forma descomunal y se introducen en nuestra vida, por cada vez más canales de distribución, siendo el equipo estrella el smart phone, que prácticamente todo el mundo lleva consigo las veinticuatro horas del día, menores incluidos.

Por este aparato que es una ventana totalmente impúdica todo el mundo se comunica con todo el mundo, por canales cada vez mas públicos, esto canales te animan a opinar de todo sobre cualquier cosa, de forma rápida y concisa o más pausada según la via escogida. Esta circunstancia propicia, que si uno se lo propone y tiene ganas y tiempo de hacerlo, puede seguir la vida de una persona y estar al día de todos sus pensamientos y movimientos en “prime time”, de forma instantánea, con imágenes incluidas!

Si unimos este hecho, a lo mentado anteriormente al principio del texto, el lector avezado puede darse cuenta del potencial peligro al que nos enfrentamos las personas de a pie en general. Cualquier pequeño desliz dialéctico, filtrado en las redes, puede convertirse en viral y convertirse en una cruz, que puede tener consecuencias muy serias para quien la cometa. Cualquier imagen, tomada en el sitio equivocado, en el lugar inadecuado y con la compañía indebida, lo mismo.

Pero lo más grave y que no se si estamos calibrando de forma adecuada, es esta falta de intimidad, no es solo moral, sino también fundamental, porque un lector experto, pongamos el caso de alguien con una formación policial, un investigador privado o público, en definitiva un espía, ajeno a nosotros y al servicio de cualquier organización privada o pública, puede saber con una exactitud asombrosa, todas nuestras inclinaciones políticas, religiosas etc…No me parece cuestión baladí. Ya me conozco la respuesta que muchas personas contestan, cuando formulo mis dudas y temores sobre estas cuestiones. Y es la siguiente: si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer.

Pues señores, en mi opinión si hay mucho de que temer. En el supuesto, que vivamos para siempre en un régimen de libertades democráticas, en nuestros respectivos países, como nos sucede actualmente aquí en España, por ejemplo. Efectivamente no hay razones para tener miedo ¿Pero si la situación cambia y gira la tortilla? Quien tendrá toda esta información, en qué manos caerá?

Esto por una parte. Y por otra, muchas veces me he preguntado sobre si es ético y saludable de que absolutamente toda nuestra vida, este tan regulada y vigilada.

Hasta que punto no es más bien una señal de decadencia que una sociedad, tenga que estar tan vigilada y regulada. ¿Conseguiremos a ciudadanos mejores, con todas estas leyes, conseguiremos a ciudadanos más cultos y formados con las redes sociales?

¿La sociedad que estamos creando, con esta súper exposición a la información general e individual, es más sabia, razona mejor, toma mejores decisiones individuales y colectivas? Creo que nuestra sociedad confunde muchas veces estar informado y tener conocimientos con estar educado.

El concepto de ser educado se está perdiendo y se está volviendo confuso, como todos los grandes y sencillos valores de la vida.

Ser educado no consiste en no decir tacos nunca o no cometer violencia verbal o no herir los sentimientos de un discapacitado, por lo menos no solo consiste en ello. Esto es solo maquillaje, la cosmética, en definitiva lo que vende. Porque desgraciadamente como todo en esta sociedad, la educación también se ha convertido en un valor cuantificable en dinero.

 Podrá optar a grandes puestos de trabajo, quien se ciña al “correct thinking”, a hablar correctamente dentro de los parámetros y valores que venden tu imagen, una imagen de ti, que es la tu corporación. En definitiva, nos van a convertir a todos en perfectos vendedores y modelos de marketing.

¿Pero significa esto que uno es una persona íntegra, con valores verdaderos, y confiables?

¿No sería preferible, una persona que de tanto en tanto tiene sus deslices humanos y normales, pero que a la hora de la verdad sea un amigo fiel en quien poder confiar?

Si seguimos por este camino, me temo que llegaran a la cima de la sociedad, en todos los ámbitos de la misma, política, cultura, deporte, etc… Solo los que respetan unos ceñidísimas reglas de juego, cada vez mas asfixiantes ¿Pero qué hay de los genios con mal carácter, volveremos a ver un Camilo José Cela, un Isaac Newton, un Fernando Ferrán Gómez, un Winston Churchill, un Diego armando Maradona, etc…?

Queremos un mundo gobernados por gente “perfecta”, con aspecto perfecto y comportamiento irreprochable o queremos ser gobernados por personas humanas, esta es la cuestión.

Un saludo, hasta la próxima.




miércoles, 8 de abril de 2015

DERECHOS COLECTIVOS


Hola a todos.

Hace ya algún tiempo, leí en la prensa un artículo que hablaba sobre que los diseñadores de moda dolce y gabbana hicieron unas declaraciones, en las que hicieron una  defensa apasionada sobre la familia tradicional.

Al ser ellos homosexuales y pareja, decían que por lo que a ellos respeta, no apoyaban que las parejas gays adoptaran hijos. Al tiempo que hacían esta afirmación, volvían a defender la familia tradicional, como el cultivo ideal o la situación idónea, para criar hijos. Nótese aquí, muy importante y para subrayar, que no defendían la prohibición de que una pareja homosexual, pudiese adoptar, si no que por lo que a ellos y exclusivamente a ellos dos respetaba, no lo veían como algo necesario ni adecuado. Entre otros muchos argumentos, destacare el que ellos pensaban que ser homosexual es una condición que entre otras cosas, te daba la oportunidad de vivir una vida libre de cargas familiares y que por lo tanto, ellos no veían la necesidad de comportarse igual que lo haría una pareja heterosexual normal y corriente y tener hijos. Defendían el carácter distinto y rebelde de la condición homosexual, yo entendí que para ellos, ser homosexual estaba asociado a un modo de vida más libre y menos convencional.

No faltaron en este punto, la gente que les tacho de frívolos, muchos homosexuales, les contestaron que justamente una homosexualidad llevada con seriedad y fidelidad hacia tu pareja, podía desembocar en una paternidad, como culminación de una vida amorosa.

Os podéis imaginar, que la cascada de críticas que recibieron por estas declaraciones, fueron muchísimas y muy duras.

Lo que más le recriminaron, fue la defensa que hicieron de forma reiterada, de la familia tradicional, como la mejor forma de educar a unos hijos, por esta afirmación sobre todo, fue por la que recibieron sus más feroces descalificativos.

Sinceramente yo veo solo a dos personas que ejercieron el más elemental derecho a la libertad de opinión ¿o es que solo es libertad de opinión, cuando uno defiende unas determinadas posturas, más o menos liberales o progresistas? ¿Acaso defender con corrección unas ideas conservadoras, no es tan honorable y justo como defender unas progresistas?

Creo que como sociedad, en occidente en general, (sabéis los que me leéis con asiduidad, que soy enemigo en lo posible, de ceñirme solo a mi país, cuando hablo de temas que nos atañen a todos por igual) con el tema de los derechos de las minorías y de los colectivos en riesgo de exclusión social etc…Nos estamos pasando cuatro pueblos o más. Sé, que en parte, que los medios de comunicación defiendan cualquier causa que afecten a estos colectivos con vehemencia, es una táctica. Porque si queremos combatir dogmas y costumbres ancestrales de racismo, homofobia, machismo etc… hay que hacerlo dando mucho más fuerza a las opiniones en contra, de estas malas prácticas sociales y visibilizar mucho más a los que defienden estos colectivos, que a los que no lo hacen. Soy consciente de esta táctica, pero lo que no podemos hacer como sociedad, es que en aras de defender esta noble y justa causa, les demos tanto poder a los que defienden los derechos de sus respectivos colectivos, con calma y sin aspavientos innecesarios, como a los que de forma hooliganera, lo hacen como verdaderos inquisidores modernos. No puede ser, que dos personas, porque antes de  ninguna otra etiqueta, no olvidemos que son ante todo personas, sean estos gays, famosos, o lo que sean, se les crucifique, por unas declaraciones que no entra en los cánones y directrices a seguir. Repito no es de recibo que esto pase, ni es por supuesto justo. A habido gente que ha declarado que nunca más iban a comprar productos dolce & gabbana. Me parece una barbaridad, la campaña de difamación y la persecución a la que han sido sometidos estos dos hombres. Desde mi modesta tribuna, yo les defiendo y amparo, tienen todo el derecho del mundo a expresar su opinión, con total libertad y con más razón si ellos pertenecen, como es el caso, a uno de estos colectivos débiles o en situación de inferioridad, como es el colectivo gay, a mi me parece que mas que quitar merito, les otorga, si cabe, más respetabilidad. Pero por lo visto, los talibanes de la progresía no lo ven así, si no todo lo contrario.

Con respeto a mi opinión personal, sobre este asunto, haciendo parte del colectivo fuerte y normal, soy heterosexual y padre, supongo que con los criterios de los defensores del correcto pensar moderno, no tengo sencillamente el derecho a opinar, porque como diría aquel: Todo lo que pueda decir, puede ser utilizado en mi contra.

Solo diré una cosa más, sobre este tema, en mi opinión se puede defender el derecho a que los homosexuales puedan tener hijos adoptivos y sin embargo no verlo como el mejor entorno para criar a un hijo de forma tradicional. No veo contradicción ninguna en esta forma de pensar .Es un enfoque más, como otro cualquiera, es un matiz más, de los matices que se le pueda dar a este tema.

En este enlace: http://elpais.com/elpais/2015/03/16/estilo/1426506773_278517.html encontrareis el artículo en el que me inspire para este texto.

Un saludo y hasta la próxima.